Propaganda contra el esfuerzo
Más allá del triunfo de Susana Villarán y la derrota de la
mayoría de los regidores oficialistas de la Municipalidad de Lima, para todo
ciudadano -y más aún cuando es periodista político- esta votación cruzada es temo
obligatorio de análisis.
¿Por qué alrededor de 50 mil limeños marcaron NO a la
revocatoria de la alcaldesa, al mismo tiempo que dejaban en blanco o marcaban
SÍ en la casilla de revocatoria a los regidores? A esto yo llamo “el voto
frívolo de Villarán”.
Ella se queda, pero ellos se van
Para nadie es un secreto que muchos –si no la mayoría- de
quienes marcaron NO, estaban muy lejos de considerar buena la gestión de la
exministra de la Mujer. Simplemente creían que “la cura iba a ser peor que la
enfermedad”, con los argumentos de varias elecciones complementarias, que
acarrearían más gastos e inestabilidad en las inversiones.
Yo no estoy de acuerdo con estas posiciones, pero eran
discutibles. Menos defendible eran las obras de la alcaldesa, y el odio contra
los solidarios y apristas.
Tuesta: "La suerte está echada"
Pare de sufrir
Según las encuestas que se difundían internamente en los 3 ó
4 días previos al 17 de marzo, el NO iba subiendo constantemente. Ningún sondeo
había marcado diferencia entre el SÍ o el NO entre casillas, solo uno de IDICE
dos semanas antes.
El gerente de esta encuestadora me decía que desde la mitad
de la cédula (puesto 21 de regidores) se notaba una especie de “cansancio” para
marcar, y que se producían más votos en blanco. Algo parecido indicaron días
después el exjefe de la ONPE, Fernando Tuesta, y el excongresista Carlos Raffo.
¿Qué pasó entonces? Simplemente que el mismo día, unos 50
mil ciudadanos que no habían estado muy informados de la revocatoria, sintieron
en carne propia el sufrimiento de ir a votar: Calor, colas, congestión
vehicular (puente cerrado en Universitaria con Morales Duárez, poca policía en
la calle para agilizar el tráfico, etc.), a lo cual se sumaba el psicosocial
del ausentismo de miembros de mesa (se dio en un porcentaje similar al de
votaciones pasadas, pero no se difundía así).
Como este grupo de vecinos no estaba muy informado (la
pequeña parte que decide en la cola), votó por lo que les parecía más fácil: NO
revocar a Susana Villarán.
Limeños contra políticos
Ustedes dirán “los revocadores no habían informado bien”, y
tendrán razón, pero la mayor campaña fue la del NO. Los panelazos decían “NO a
la corrupción”, “NO a la desigualdad” y “NO al desorden”, pero nunca vimos un “NO
a la revocatoria de la alcaldesa y sus regidores”.
Estos 50 mil limeños desaprobaban a Villarán pero no querían
votar de nuevo. Al ver las cifras de la ONPE, son aproximadamente el número que
revoca y no revoca a los funcionarios públicos.
Abogada defendiendo su estilo de campaña
¿Por qué el voto frívolo de Villarán? Simple: A muchos de
ellos no les importó la imagen de “vaga” o “ineficiente” de la alcaldesa, sino
simplemente no ir a votar porque creían que tener varios alcaldes en dos años
era “mucha cosa”.
Para la próxima, todos los ciudadanos debemos esforzarnos en
informar mejor, y chismear menos. Estos 50 mil ciudadanos pudieron haber revocado
a Villarán (como querían lo del SÍ) o salvar a los regidores villaranistas
(como querían los del NO). Ambos fallaron.
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